Objeto de esta novena y modo de prepararla:
La corona de la Santa Iglesia son sus Mártires, quienes
delante de los tiranos confesaron su Fe, y glorificaron a Cristo a costa de sus
vidas, que como fieles soldados perdieron en honra de su Señor. Por eso en la
triunfante Jerusalén, no solamente reinan gloriosos, son poderosísimos
intercesores ante Divina Majestad a favor de sus devotos, alcanzándoles los
bienes espirituales que necesitan, y los temporales consuelos que les piden, en
cuanto conducen a su eterna salvación.
Fueron insignes entre los Mártires, los gloriosos hermanos
San Cosme y San Damián: quienes entre bárbaros moradores de la Arabia, se hicieron
predicadores de Cristo. Practicando la medicina que profesaban, curaban el
cuerpo y la salud del alma. Y puestos en situación de tormentos, por el
Prefecto Lisios, crudelísimo perseguidor
de los cristianos, con fortaleza Divina, mostraron que sólo Cristo es Dios
verdadero, y que padecerían cuantas carnicerías intentasen con ello, antes que
adorar al demonio en los ídolos.
Esto lo confirmaron con el hecho de ofrecerse gustosos a las
cadenas, a las cárceles, a los azotes, al agua, al fuego, a las piedras, a las
cruces, a los dardos y finalmente, a la espada, que puso término a su victoria.
Es Dios admirable en sus Santos, fortaleciéndolos con su virtud en la palestra,
confundiendo con su constancia a los tiranos que los atormentan; para que
cuando premiados ya en el cielo, intercedan por los hombres en la tierra y
alaben a Dios que así engrandese a sus Santos.
A este fin se dirige esta novena: a honrar a estos Mártires,
experimentando su protección los que con devoción la hicieren. Uno de estos fue el Emperador Justiniano, a quien sanaron
de una gravísima enfermedad. A otros se les han aparecido en sueños para
recetarles la salud; y fueron
innumerables los personajes que visitando sus reliquias volvieron sanos, afirma
San Gregorio Turonense.
El tiempo propio de
hacer la novena es antes de su fiesta, que es veintiséis de septiembre. Más
como siempre necesitamos de acudir a Dios, podrá practicarse cuando la necesidad lo pidiera o
cuando el afecto lo dictare, o cuando lo
permitieren las ocupaciones, siendo la
principal diligencia ponerse en gracia de Dios por medio del Sacramento de la
penitencia: recibir la comunión el último día, visitar enfermos, mortificarse,
y ejercer aquellas obras de piedad que aprobare el confesor.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Jesús dulcísimo bondad suma, yo confieso que eres mi Dios y que te he
ofendido con mis enormes culpas, más conociendo que eres Redentor mío, me
postro a tus pies y arrepentido te pido perdón por todas mis ingratitudes,
valiéndome para conseguirlo, de tu preciosísima sangre, que habiéndose
derramando para mi remedio, está pidiendo misericordia para los pecadores . Pequé Señor:
más ya me pesa de haber agraviado a quien es digno de todo amor. Espero que me
recibas en tu gracia, y con ella propongo en lo que me quedare de vida, amarte,
servirte y no apartarme de tu santa voluntad. Primero morir que ofenderte mi
Jesús, ten misericordia de mi. Amén.
ORACIÓN
Gloriosísimos Mártires de Cristo, y abogados míos, San Cosme y San Damián,
que unidos en caridad verdadera, y como hermanos, más por la fe cristiana que
testimoniaron con el derramamiento de su sangre, me valgo de su poderosa
intercesión: y les suplico, fiado en su misma santidad, me alcancen de Dios
nuestro Señor, primeramente todo aquello que conduce a la gloria suya, coma
para bien de mi alma: y después, el remedio de mis aflicciones, la paciencia
que necesito en los trabajos, y por el favor que solicito en esta novena de mi
devoción, como y en cuanto conviniere para mi salud eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
(La siguiente oración es la que cambia según el día que corresponda de
esta novena, se realizaran todos los días: Padre Nuestro, Ave María, Gloria; sumadas a las oraciones que continúan y por ultimo las letanías
de los santos)
ORACIÓN PRIMER DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia,
que a gloria tuya se la comunicaste a tus fieles siervos San Damián y San Cosme
para que desterrando los errores de la gentilidad, abrazaron tan firmemente la
fe católica. Te suplico a Ti que complaces en la generosa voluntad de estos
Santos: Poniéndolos por mis
intercesores, te pido me des fortaleza para permanecer en mi fe católica: y que
en la hora de mi muerte cuando el demonio me combata con tentaciones contra la
fe, que yo no sea vencido. Así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu
agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
ORACIÓN
Mártires
Santísimos Cosme y Damián, aunque no merezco su protección, más conociendo que
la caridad con que favorecieron a los miserables en la tierra; les suplico
obsequio de su bondad, rogar por el bien de sus criaturas, y que sean mis
intercesores para el remedio de la necesidad, que al presente necesito. (Aquí se hace la petición por la persona que
lo necesite).
ORACIÓN
Santos
médicos pidiendo su intercesión, para quien
los ha elegido por sus abogados, deseoso de que en vista de su
valimiento, todos los hombres tributen alabanza y glorifiquen a Dios, que se
hace admirable en sus Santos. Les pido por la dilatación de nuestra Santa fe:
por la Santidad de la Iglesia Católica,
por la paz y concordia entre los pueblos; por la libertad de las almas que
padecen el purgatorio; por la salud de los enfermos y por el acierto de los
médicos en sus curaciones; y finalmente por su devotos consiguiéndoles una
muerte en gracia, en que aseguren la eterna gloria. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
Continúa con las letanías
de los santos.
ORACIÓN
SEGUNDO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia,
que a gloria tuya se la comunicaste en
abundancia a tus siervos fieles San Cosme y San Damián para que dando milagrosa
salud a enfermos incurables, justamente los alumbrasen en el alma y siendo
gentiles trajesen al gremio de la Santa Iglesia, donde recibiendo su fe,
confesasen a Cristo. Te suplico por intercesión de estos Santos, poniéndolos
por mis intercesores, me des la caridad verdadera para beneficiar a mis
prójimos en cuerpo y alma. Así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu
agrado. Por Jesucristo nuestro Señor Amén.
ORACIÓN
TERCER DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia
que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus siervos fieles San
Damián y San Cosme, para que reconvenidos del tirano, sin acobardarles los crudelísimos tormentos que les esperaban,
abominasen los ídolos que les propusieron para la adoración, predicaron que
solamente en Jesucristo, y su Santa ley está la salvación. Puesto que te complaces en la valentía
admirable de estos Santos, poniéndoles por mis intercesores, te pido me des una
resolución firme, para que despreciando los vanos respetos del mundo, y
preciándome de ser cristiano, practique las virtudes propias de mi fe
cristiana. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN
CUARTO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia,
que a gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus fieles siervos San
Cosme y San Damián, para que aprisionados con pesadas cadenas, puestos en
estrecha cárcel permaneciesen constantemente en su confesión, alegrándose de
padecer por Cristo, a quien tenían en el corazón para amarlo, y en la boca para
bendecirlo. Puesto que te complaces en la invicta constancia de estos Santos,
poniéndolos por mis intercesores te pido me des esta virtud para sufrir con
resignación mis trabajos y no desistir de mis buenos propósitos, aunque padezca
mucho para ejecutarlos, así mismo el bien que deseo en cuanto fuera de tu
agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN
QUINTO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia,
que a gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus fieles siervos San
Damián y San Cosme, para que arrojados al mar con las cadenas que los oprimían
en medio de las olas testificasen tus
verdades, y confundiesen a los gentiles, que los miraban andar libremente sobre
las aguas, como por tierra firme, premio de la confianza que les aseguraba tu
favor. Puesto que te complaces en las maravillas que obraste en estos Santos,
poniéndolos por mis intercesores, te pidió me des aquella confianza admirable
que necesito para vencer mis pasiones, y glorificarte con mis victorias, así
mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.
ORACIÓN
SEXTO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia,
que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus fieles siervos San
Damián y San Cosme, para que condenados a la hoguera, no temiesen la voracidad
de las llamas porque en su interior ardían el fuego más poderoso de tu amor, al
que respetando el material no les ofendió, sino que revertido contra los que lo atizaban, los redujo a cenizas con asombro de los demás gentiles,
que asistían a tan prodigioso espectáculo. Puesto que te complaces con la
fineza con la que estos Santos te amaron, poniéndolos por mis intercesores, te
pido me des a gustar de este tu divino fuego para que te ame a ti solo y solo
por Ti, así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu agrado. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN
SEPTIMO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia,
que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus siervos San Damián
y San Cosme, para que puestos en el potro de los tormentos, sufriesen con la
alegría el descoyuntamiento atrocisimo de su miembros todos, y enviaste a tus
ángeles para que los confortasen y los sacasen sanos del suplicio. Puesto que
te complaces en los gloriosos triunfos de estos Santos, poniéndolos como mis
intercesores, te pido que mes des la ayuda de tus soberanos mártires, para que
triunfe sobre el demonio y el pecado. Así mismo el bien que deseo en cuanto
fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN
OCTAVO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia,
que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus siervos San Damián
y San Cosme, para que levantados en
altas cruces, allí fuesen mortalmente heridos, primero con piedras, y después
con dardos, y aunque obrando tu providencia, los tiros se volvían contra su
autores, haciendo en ellos el estrago que intentaban en los ínclitos Mártires, empero no les falto
el deseo de morir en la demanda en obsequio tuyo. Puesto que te complaces en el
ánimo esforzado de estos Santos poniéndolos por mis intercesores, te pido me
des voluntad y resignación para abrazarme a la cruz de mi estado y en ella
esperar los golpes que quisieres enviarme, así mismo el bien que deseo en
cuanto fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN
NOVENO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia,
que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus fieles siervos San
Damián y San Cosme, para que ofrecidos gustosos los cuellos al cuchillo,
consiguieran por último, por el derramamiento de sus sangre, la corona de
Mártires y habiéndoles glorificado en el cielo, con tu vista para que también
sean glorificados en la tierra, obras por sus medios muchos milagros con los
miserables que se valen de su protección.
Puesto que te complaces en el glorioso martirio de estos Santos, poniéndolos
por mis intercesores, te pido me des una muerte en gracia tuya, y que me
disponga para ella con las virtudes de la Fe, Esperanza y Caridad, y así mismo deseo el bien en cuanto fuere de tu
agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
LETANÍAS
DE LOS SANTOS
Señor, Ten piedad de nosotros
Cristo, Ten piedad de nosotros
Señor, Ten piedad de nosotros
Santa María
Todos los Santos Ángeles y Arcángeles,
Santo Abel,
Todo el Coro de los Justos,
Santo Abraham,
San Juan Bautista,
San José,
Todos los Santos Patriarcas y Profetas,
San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan Evangelista,
Todos los Santos Apóstoles y Evangelistas,
Todos los Santos Discípulos del Señor,
Todos los Santos Inocentes,
San Esteban,
San Lorenzo,
Todos los Santos Mártires,
San Silvestre,
San Gregorio,
San Agustín,
Todos los Santos Pontífices y Confesores,
San Benito,
San Francisco,
Todos los Santos Monjes y Ermitaños,
Santa María Magdalena,
Santa Lucia,
Todas las Santas y Vírgenes Viudas,
Ruega por Nosotros.
Todos los Santos y Santas de Dios
Rueguen por Nosotros
Sed, Señor propicio, perdónale, Señor
Sed, Señor propicio,
De tu ira,
Del peligro de la muerte,
De la mala muerte.
De las penas del infierno,
De todo mal,
Del poder del diablo,
Por tu nacimiento,
Por tu cruz y pasión,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu gloriosa Resurrección,
Por tu admirable Ascensión,
Por la gracia del Espíritu Santo Consolador
Nosotros pecadores,
En el día del Juicio,
Para que les perdones,
Ruega por nosotros,
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad.
ORACIÓN
A LOS SANTOS MEDICOS
¡Señor Dios! al recordar el martirio triunfal
de tus santos mártires Cosme y Damián, tu Iglesia te glorifica y te da gracias,
porque en tu admirable Providencia, a ellos les has dado el premio merecido de
la Gloria Eterna, por lo cual te pedimos, Padre Bueno, atendiendo a la valiosa intercesión de los
Santos Médicos nos concedas el remedio a esta necesidad (se
hace nuevamente la petición por la persona que lo necesita) Te pedimos por
tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN A
NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
¡Señora nuestra de la Asunción, Madre de Jesús y Madre nuestra, en
tus manos maternales ponemos nuestras esperanzas, necesidades y problemas,
pidiendo tu poderosa intercesión ante tu Divino Hijo! También te
agradecemos tu protección y amparo a favor de nuestras familias, tu fortaleza
en las luchas, tu consuelo en las penas y enfermedades, las lágrimas que has
enjugado de nuestros ojos, y por hacernos sentir que de tu mano,
caminamos seguros hasta llegar a Jesucristo tu Hijo, que vive y reina por los
siglos de los siglos . Amén.